En este contexto internacional marcado por nuevos acontecimientos, los Estados Unidos intentan liderar en solitario la transición hacia un nuevo Orden Geopolítico más operativo para la coyuntura actual de principios del siglo XXI. No obstante, la superpotencia está administrando mal su bagaje, habiendo tenido que enfrentarse a diferentes problemas (tanto de orden interno como externo) que están haciendo peligrar muy seriamente su pretendido liderazgo global para una futura etapa hegemónica dirigida desde y para Estados Unidos (Centro del Sistema Mundial), en base a la subordinación del resto de los estados (Periferia del Sistema Mundial).
Hace unas décadas la guerra de Vietnam supuso el punto de inflexión en el poderío estadounidense, actualmente la actual guerra de Irak está suponiendo la confirmación de la decadencia norteamericana. Esta pérdida de hegemonía de la superpotencia norteamericana se puede analizar desde diferentes perspectivas complementarias e interconectadas referentes a los ámbitos económicos, militar, político y social.
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Perspectiva económica
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Actualmente EE UU se sigue manteniendo como primera potencia mundial en volumen de PIB, si bien se le siguen acercando otras potencias, especialmente China, si es que se mide la riqueza no en dólares corrientes, sino en PPA[1]. Progresivamente la ventaja tecnológica estadounidense se va reduciendo respecto a otras regiones económicas emergentes, de modo que las exportaciones chinas de productos de microelectrónica ya sobrepasan a las norteamericanas, que hasta ahora ocupaban el primer puesto en la jerarquía mundial.
La pérdida paulatina de liderazgo económico norteamericano es el resultado de una serie de desequilibrios macroeconómicos entre los que cabe destacar el déficit presupuestario y el exterior, que le obliga a incrementar su dependencia respecto a los países más dinámicos de Asia (China, India, Singapur, Corea, Taiwán). El cambio experimentado por las cuentas públicas ha sido enorme, ya que entre 2000 y 2006, el país ha pasado de un superávit de 236.000 millones de dólares hasta alcanzar un déficit de 500.000 millones de dólares, o lo que es lo mismo, ha pasado de tener el mayor excedente presupuestario a la mayor deuda de su historia. Esta espectacular transformación guarda estrecha relación con la política económica expansiva del actual gobierno republicano, basada en el aumento de los gastos de defensa y la disminución de los impuestos. La aparición de los números rojos en las cuentas públicas ha conducido a la reducción del tamaño y funciones del Estado, así como de las políticas sociales, ya bastante menguadas en un contexto social, como es el norteamericano, en el que la pobreza se concibe como un problema individual, no social.
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Notas
[1] Aunque su posición respecto a PNB es la cuarta tras EE UU, Japón y Alemania, si la medición se hace en PPA la posición es la segunda, pero muy cerca de la estadounidense (10.153 billones de $ frente a 13.233) y muy por encima de la de Japón (4.229 billones de $). Paralelamente el ritmo de crecimiento es muy diferente: 2,4% en Japón y EE UU frente al 10,1% en China. Informe de Desarrollo Mundial, 2008. (Datos referidos a 2006).http://siteresources.worldbank.org/INTWDR2008/Resources/2795087-1192112387976/WDR08_24_SWDI.pdf. (27/0372008)
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